28 oct 2012

La variante del avance en la Francesa según Sveshnikov




En mi escaso repertorio, la Defensa Francesa es una de mis armas con negras contra 1.e4.

Por ello, al encontrar en mi club este libro, dedicado a la Variante del Avance, que en mis partidas se me presenta frecuentemente, me lo llevé a casa y me lo puse a leer con ilusión.

Sinceramente llevé un chasco de mucho cuidado.

Para empezar, eso de que se hace más énfasis a los planes que a las variantes -que pone en la contraportada- es un bulo. Realmente lo que hace es poner una partida ejemplo de cada uno de los planes posibles, sin detallar en que consisten, o las claves importantes de cada uno, y sin apenas comentarios en los movimientos.  Variantes las que quieras, eso sí.

Y sinceramente, una colección de partidas, ahora con internet, se encuentra en miles de sitios, o en la Mega Base o cualquier otra base de datos que pululan por ahí.

Lo que le da calidad a una publicación, es el nivel de sus comentarios, explicando las ideas y sus puntos fuertes y débiles, y por lo visto para Svesnihkov, exponer un plan, es poner una línea como preámbulo antes de la partida.

Y lo más escandaloso a mi juicio: A pesar de su título, el famoso jugador presenta la Francesa desde una forma absolutamente partidista y nada objetiva. De los múltiples ejemplos que trae, solo hay una partida donde ganan las negras. EN TODO EL LIBRO.

Curioso, sobre todo si consultamos las bases de datos que conceden poco mas de un 49% de resultados para las blancas a esta variante en toda la historia...

Incluso ha incluido partidas, donde las negras cometen un error ya en la jugada 8, que no entiendo como puede ser un ejemplo para ilustrar la validez de ninguna variante de apertura, vamos, que el libro es un desfile militar blanco, que prácticamente viene a decir que con esta forma de juego se refuta la Defensa Francesa.

Llega a decir en un párrafo básicamente, que te dediques a la Siciliana si de verdad quieres llegar a algo en el ajedrez con negras.

Que equivocados están todos los GM que usan la Francesa, ¿verdad? Como no hay ninguno...

Y aún encima, en la mitad del libro, se dedica a repetir el capitulo del bloqueo del famoso "Mi Sistema" de Nimzowich, con la excusa de que en esta variante hay cadenas de peones bloqueados. Muy original. En 1925. Yo creo que ahora ya no, ya se encargó en su día Nimzowitch de eso.

En fin, con todos los respetos que merece el legendario Sveshnikov, este libro es cualquier cosa menos lo que dice su título:

DEFENSA FRANCESA: Todo sobre la variante del Avance.

Y un jamón.

4 oct 2012

Curioso Alfil



Siempre me había preguntado, porqué de todas las piezas del juego del ajedrez, solo una de ellas -por lo menos en español- tiene un nombre que no significa nada en la vida real.

El Peón es un obrero o una de las peonadas de las antiguas infanterías, la Torre una edificación, el Caballo un bello animal, etc.
Pero un Alfil, solo es la pieza del ajedrez que mueve en diagonal.

Curiosamente, Alfil es una palabra árabe, y significa "El Elefante".
Se refiere a elefantes de guerra naturalmente, procedente del origen asiático del ajedrez. ¿Como acabó entonces un elefante, por ser esa especie de hucha estilizada?

En los ajedreces anglosajones, la pieza ya se parece más a lo que quiere representar, un Obispo con su mitra.



Y la pieza española, -la hucha- es una versión estilizada de la pieza anglosajona, ya que al fin y al cabo, las piezas estándar, las de estilo español incluidas, son de tipo Staunton, o sea, derivadas de la invención inglesa.

¿Y porque los ingleses entendieron que era un Obispo? O peor me lo pones con los franceses que le llaman Bufón.

Pues realmente la religión tiene la culpa. Como los árabes no podían representar seres vivos (creaciones divinas reservadas a un ser superior), el alfil original solo hacía referencia a los cuernos de marfil de este animal, algo como esto:


A los franceses les recordó el gorro donde llevan los cascabeles los bufones, y a los ingleses la mitra eclesiástica con sus dos puntas. Y además, ya que estaban flanqueando al Rey y la Dama, ¿que mejor que las autoridades religiosas podían estar al lado del matrimonio real?

Los españoles lo teníamos claro. Los árabes estuvieron ochocientos años en nuestra tierra, por lo que ya sabíamos perfectamente su origen y que era, por lo que somos los únicos, con los países de habla hispana, naturalmente,  que en todo el planeta le siguen llamando por su nombre original. 

Su verdadero nombre: ALFIL.