22 may 2014

Anand nos ha dado una lección





Una vez ya pasado cierto tiempo del Torneo de Candidatos 2014, se puede ver con cierta perspectiva todo lo allí ocurrido.

Le demos las vueltas que le demos, lo que allí consiguió realizar Anand, ha sido una proeza, un hecho histórico en el ajedrez.

Es imposible que nadie se esperase semejante actuación de un campeón absolutamente devaluado por su actuación en los anteriores torneos, y con la desmoralización que tuvo que haber supuesto la pérdida de la corona a manos de un jovencísimo rival.

Nos ha callado las bocas a todos, y ha demostrado que por algo ha sido campeón mundial 5 veces (que se dice muy pronto). Recordemos que consiguió 3 victorias -una de ellas con el primero en el ranking, Aronian de 2800 ELO nada menos,- y salir invicto contra la élite mundial (cero derrotas), y ganar con un punto de ventaja en 14 agotadoras rondas sobre todos los demás.

Démonos cuenta de que quitando las ausencias de Caruana y Nakamura, lo mejor del mundo estaba allí, y con una motivación enorme, ya que solo el primer puesto tendría algún valor, y lo que se jugaba era nada menos que ser de entrada subcampeón mundíal y la posibilidad de ser el campeón.

Por si estos logros no parecen tan destacables, pensemos en el anterior Torneo de Candidatos -también de muy alto nivel-, en el que el mismísimo Carlsen perdió dos partidas y lo gano empatado a puntos con Kramnik, gracias a la valoración de desempate.

El noruego confesó que ese Torneo casi lo supera y que llegó al límite. Ningún otro puede ser más importante y generar tanta presión  para un ajedrecista que un Candidatos.

Anand con esta gesta, ha emulado actos heróicos de antiguos reyes de este juego peleando para recuperar el trono perdido, como los de Alekhine para batirse de nuevo con Euwe, o Botvinnik con Smyslov y Tal, o la sin igual perseverancia de Karpov para volver a pelearse una y otra vez con Kasparov unidos en una saga inmortal.

No está mal acompañado Anand en ese Olimpo de monarcas caídos y vueltos al combate.

Que enorme fuerza de voluntad y determinación ha demostrado. Cuantos comentarios ha tenido que ignorar, cuantos prejuicios que superar...

Se ha ganado el derecho a sentarse de nuevo frente a Carlsen, y poder decirle: Nadie del planeta me ha superado, aquí estamos de nuevo, solos tu y yo. Volvamos a empezar.

Gane o pierda ya no importa. Ya ha ganado nuestra admiración: Está entre los inmortales.