7 may 2012

Los 100 Finales que hay que Saber



Llevo unos mes estudiando este libro del dos veces campeón de España, Jesús de la Villa, y la verdad que es altamente recomendable para gente que como yo, solo tiene nivel de aficionado y desea algo para introducirse en el árido mundo de los finales, sin tener que ponerse a discernir que es lo imprescindible de lo enciclopédico.

Antes de éste libro, lo había intentado con "Finales Prácticos" de Keres, que es bastante más voluminoso, y no fuí capaz de usarlo más que como libro de referencia, para consultas puntuales. Venian un montón de posiciones en plan exhaustivo sin ningún animo de facilitar su comprensión sino solo su recopilación, dando las jugadas con muy pocas explicaciones.

Sin embargo Los 100 finales que hay que Saber hace honor a su nombre y te sintetiza los casos más prácticos y que tienen un método exacto para ganar o entablar, y no te marea con decenas de ejemplos sino que te explica las posiciones que marcan una diferencia y las normas que lo rigen para sacar esquemas mentales prácticos para tener en cuenta en la partida real.

Está compuesto de lo que se llamán los Finales Exáctos, en los que existe teoría clara sobre que hay que hacer en ellos. Hay que cojer cada capitulo, y sin prisa pero sin pausa, ver un par de casos todos los días, y cuando te das cuenta, en una par de meses y de una forma agradable, te ha ido metiendo en la cabeza los tipos básicos de finales en los que cualquier aficionado que se precie debe de poder manejarse con seguridad.
El bicampeón Jesús de la Villa

Evidentemente, este libro no hace magia, requiere esfuerzo y perseverancia y tener la determinación de querer mejorar en esa fase tan importante de la partida. Hay que repasar los temas y sobre todo, una vez ya los has razonado, intentar memorizar los sintéticos resúmenes que hay en cada sección, muy esquemáticos y por lo tanto muy prácticos y clarificadores.

He de decir que gracias a este pequeño librito (serán unas 200 páginas escasas) le estoy cogiendo gusto a los    finales, y encontrándoles una cierta belleza en su inexorable ejecución, llenos de bonitas sutilezas.

Me hace sentir que ahora comienzo a vislumbrar un conocimiento del ajedrez que me faltaba por completo y que no sabía como empezar a abarcarlo.


Solo puedo agradecer a Jesús de la Villa ese afán didáctico que está muy claro que ha puesto en esta obra.