Hace poco hemos podido enterarnos por la prensa de una familia que ha sido salvada de ser deportada de Francia al convertirse el hijo en el campeón sub-12 del país.
Fahim, con 11 años, ha sido entrenado por su padre desde su infancia y estos llegaron a Francia con la esperanza de convertir al pequeño en un buen jugador, ya que pensaban que el país galo tenía muchas posibilidades para su entrenamiento, aunque lo hicieron sin papeles, ni pasaporte alguno.
Las autoridades estuvieron a punto de expulsarlos hasta que el crío consiguió ganar torneos y las oleadas de protestas consiguieron que les dieran una segunda oportunidad. De hecho han concedido al padre, Nura, un permiso temporal de trabajo, y Fahim ha sido incluido en el equipo juvenil francés para los campeonatos europeo y mundial.
No deja de ser paradójico que pongas a representar a tu país, a aquellos que hace poco rechazabas por no pertenecer a él...
Es triste que no haya otra forma de dar a conocer tu talento si no tienes recursos, que arriesgarte tanto en la vida, pero por lo menos en este caso, tiene un final feliz.El ajedrez se ha convertido en un valor seguro para esta familia tan necesitada de tener algo sólido a lo que asirse.
No es el único caso conocido sino que los hay muy famosos, como los campeones mundiales Lasker y Steinitz (y muchos otros, desgraciadamente) que jugaban para sobrevivir, por la necesidad económica que pasaron en determinadas épocas de sus vidas.
Deseamos a Fahim y su familia que el ajedrez represente el comienzo de una vida más prospera.
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